Tal vez sea porque una imagen vale más que mil palabras, y si ves imagen tras imagen todo a tu alrededor desaparece y solo puedes concentrarte en pensar en los momentos de la vida con una persona tan importante para mi como es mi padre.
Siempre voy a recordar aquella noche en la que nos abrazamos y lloramos juntos, nadie se imagina lo que fue para mi ver llorar a mi padre, junto a mi, al mismo tiempo, probablemente por las mismas razones, por la misma conexión que nos unía en ese preciso momento.
Es lo más importante que tengo en este mundo, es mi ejemplo a seguir, no sabría qué hacer sin él, sinceramente. No sabría describirlo, es un vínculo demasiado fuerte entre padre e hija. Mirarle a los ojos es verme reflejada en ellos, y sinceramente se me resbalan las lágrimas por las mejillas nada más pensar en que podría llegar a decepcionarle, me rompería en mil pedazos si eso ocurriera. Mi mayor deseo en este mundo es que esté orgulloso de mi, hago lo que puedo.
Haber visto fotos mías de cuando aún era una cría (más que ahora, más cría todavía) me ha hecho ver la razón por la que se creó ese vinculo desde ya tan temprana edad. Le veía como alguien como yo, yo tan pequeña, y el con ese niño que guardaba en su interior. He ido creciendo, aprendiendo, siempre con él a mi lado. Apoyándome en mis mejores, pero aún más en mis peores momentos. Siempre estando ahí para darme un consejo. Aún solamente ir a visitarle para contarnos cómo nos ha ido el día, lo echo de menos. Hablar sobre cualquier cosa solamente para pasar el rato juntos, de las noticias, de motos, de viajes, de cultura general, de mis cosas, de las suyas, etc. Tengo la suerte de tener un padre con el cual puedo hablar sobre lo que sea, me siento cómoda y libre con él. Nunca me he mostrado con tanta naturalidad hacia nadie, nunca nadie ha visto mi verdadero "yo", por así decirlo. Nadie. La de estupideces que he hecho con él, mostrarme con tanta naturalidad sin saber ni importarme qué va a pensar de lo que acabo de hacer, nunca lo he hecho. Siento como que simplemente se va a reír, como siempre hace, y luego me dará un abrazo, y hará como que no ha pasado nada minutos antes.
Me ha ido dando consejos como: "Vive tus sueños", "Que le den a los demás, sé tu misma", "Eres especial, no lo olvides"... Recuerdo cuando hace muchos años me daba vergüenza ser diferente, gracias a él dejé aquella vergüenza de lado. Recuerdo tantos consejos suyos que seguí, y nunca se ha equivocado hasta hoy en día. También hay varios consejos que no seguí, pues soy igual de cabezota que él, y en su momento lamenté no haberlo hecho.
Sin darme cuenta, he ido dándome cuenta (que contradictorio ¿no?) que he ido adoptando algunas de sus características más destacadas; como son la cabezonería (será cosa de alemanes...), el orgullo (dejándolo de lado con algunas excepciones...), el amor hacia la vida, lo terriblemente sensibles que somos respecto a nuestro alrededor (aunque no lo parezca), esa búsqueda incesante e insaciable hacia la libertad, lo terriblemente justos que somos, etc. Para mi es toda una inspiración. Viene en los genes, al parecer.
Sentía la necesidad de escribir todo esto, lo que siento. Lo que muchas noches me pongo a pensar y las lágrimas empiezan a brotarme por los ojos. No lo he dicho todo, pero tampoco es necesario, yo lo sé. Me siento realmente orgullosa de tener un padre así, un padre, un amigo, un hermano. Le quiero muchísimo. Y le debo un "Gracias" del tamaño de toda una vida.

No hay comentarios:
Publicar un comentario