A veces siento que quiero estar sola, pero es justo lo contrario. Mis emociones me engañan. Siempre he tenido la sensación de que todo aquello que me rodea lo odio o al fin y al cabo me hace daño, de una forma u otra, pero porque yo misma lo permito. Permito que todo me afecte a la primera de cambio. Aún no he sido capaz de construir una fortaleza lo suficientemente segura alrededor de mis sentimientos. No soy capaz de esquivar las balas.
Ojalá alguien comprendiese lo que siento al estar en un lugar donde no quiero estar. Pero en realidad, no sé lo que quiero. Desde hace unos días vuelvo a sentir esas ganas de emprender algo. Pero no sé si esas "ganas" son suficientes como para conseguirlo. Pues soy tan impaciente que a mitad del camino me rindo. Lo llamo miedo.
Me gustaría tener a alguien a mi lado que me comprenda, pero luego me pregunto de qué serviría.
Me siento sola. No soy feliz porque no soy capaz de ser feliz conmigo misma. Siento que odio a todo el mundo porque tal vez, muy en el fondo, me odie a mi misma. Con o sin razón, eso no importa.
Necesito sentir que le importo a alguien, y desgraciadamente no lo siento. Tal vez sea yo, otra vez, que exijo demasiado. O tal vez pienso demasiado en todo lo que haría yo, que al fin y al cabo exijo lo mismo de los demás, y como no recibo lo que espero pues, no doy nada mejor por mi parte.
El caso es el siguiente. A veces daría lo que fuera por cerrar los ojos y desaparecer.
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