A ratos me siento viva, pero saboreo más la muerte que la vida.
Una mirada perdida y unas manos frías, deambulando por las calles sin energía y viviendo lo mismo cada día. Te juro que me miento a mi misma cuando pienso en ti como mi pesadilla. No hace falta que cierre los ojos para que se me caiga la vida encima, en mi mente estás presente día a día.
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