25 septiembre, 2016

40 ~ Who am I?

Dicen que se tarda una vida entera en descubrirse a uno mismo. Y que incluso la mayoría de las personas no consiguen conocerse, ni aceptarse, ni entenderse.
Y qué bonito es cuando sabes quién eres, lo que significas, lo que vales, lo que sientes, lo que sabes. Entenderte, saber de lo que eres capaz, confiar en ti mismo.
Pero no solo es bonito, también te puede hacer temblar. Aceptar tus miedos, tus inseguridades, tus recuerdos.
Todo eso es la respuesta a ¿Quién soy?
Yo soy Casandra. Me gusta bucear por mi mente, me encanta recordar, tanto los buenos momentos como los malos. Los buenos momentos me hacen recordar lo feliz que soy, lo feliz que fui, las sonrisas que regalé y las sonrisas que me regalaron. Los momentos malos hacen que recuerde lo fuerte y valiente que soy, puedo con todo y más, nada ni nadie consigue hacerme daño a menos que yo se lo permita, y eso hace que me sienta indestructible. Creerme indestructible me ayuda a no tener miedo a seguir hacia delante.
Crezco más con mis derrotas que con mis victorias, porque las caídas son mas duras y hacen que me esfuerce en levantarme tras tropezar con la piedra. Las victorias las saboreo en silencio, sin crecer, porque me queda mucho por aprender.
No soy una persona que suele empezar de cero. Cuando meto la pata me mantengo firme y sigo hacia delante, porque los errores no son para empezar de cero, sino para aprender de ellos. Hay que avanzar. Si empiezas de cero cada vez que cometes un error, jamás tendrías tiempo de avanzar, y te pasarías el resto de tu vida en la línea de salida, en vez de haber llegado a tu meta.
Me gusta tener el control. Pierdo la cabeza cuando algo no marcha tal y como lo he planeado. Prefiero ser yo quien decida el rumbo que ser arrastrada por la marea.
Mi pasado es parte de mi vida. Gracias a él soy Casandra, pero no me define. Siempre he aceptado lo que fue y lo que pasó, sin necesidad de ocultar nada. Sentir vergüenza, culpabilidad, añoranza, debilidad… No me define, porque no importa el pasado ni el futuro, importa el presente.
Echar de menos es de las cosas más bonitas que tenemos en la vida. Las decisiones correctas son las más difíciles, y nunca dejan de doler. Echar de menos no significa querer algo de vuelta, significa que ha sido importante para ti.
Siempre he tenido metas en mi vida. Y curiosamente siempre se han cumplido. Sueño a lo grande, siempre lo he hecho. Pero también me dedico a hacer realidad esos sueños.
No tengo miedo a fracasar, porque no tengo la intención de hacerlo. Y si algo me impide alcanzar una de mis metas, no es un fracaso, solo es un obstáculo que debo esquivar.
Tengo una fuerza y una determinación admirable.
Me gusta el mundo. Conocer y sentirte libre es el mejor sentimiento que uno puede sentir, viajando uno no tiene fronteras ni límites. Alimentas tu mente con nuevas experiencias, imágenes inolvidables y recuerdos exquisitos. Te permites el placer de dejar todos tus problemas atrás y disfrutar del momento, donde nadie te conoce y no conoces a nadie. Recorrer calles nuevas, ver caras distintas, conocer lo desconocido.
No me asusta la verdad, ni aquello que no conozco. Prefiero pasar un mal rato tras haber descubierto lo que es real que vivir eternamente con la duda o en un mundo irreal. Lo mismo sucede con la sinceridad.
No me asusta el compromiso, pero no quiero formar parte de él. Me gusta definir mis propios límites. No soy de nadie y nadie es para mí. Soy una romántica empedernida, pero de manera introvertida. Suelo ver la vida de manera bonita, porque quien vive con miedo no sabe vivir, tan solo existe, siendo un alma vagando entre noches y días, esperando que pase el tiempo, que algo suceda, que alguien le salve del bucle que él mismo ha creado.
Aún así, no le he encontrado aún un significado a la vida salvo vivir cada momento y cada instante. No tenemos ningún propósito, salvo pasear por un camino mientras saboreas y disfrutas cada segundo, porque ese segundo no volverá, y no podrás volver a pisar donde ya pisaste. No de la misma manera, ni con la misma determinación. Nada vuelve a ser igual.
La palabra arrepentimiento no existe. No merece la pena pensar en lo que pudiste haber hecho si no lo llegaste a hacer. Tuviste tu momento y escogiste tu decisión, con ello debes aceptar las experiencias tanto positivas como negativas que eso conlleva. No hacerlo solo te impide avanzar y quedarte atrapado en tu decisión. La eterna pregunta del "¿Y si...?".
Cada paso que doy lo doy con firmeza y con la cabeza bien alta. Siempre me ha gustado dar a entender que "Aquí estoy yo. Mírame, esto es lo que hay." Y puedo decirlo y expresarlo con total seguridad.
Claro que no todo es bonito, por qué me iba a engañar. También conozco todo aquello que me hace temblar, pero no se puede perder el tiempo pensado en lo malo, cuando sabes lo que vales y cuando eres auténtico.
A veces solo tienes que mirarte al espejo, directamente a los ojos. Y encontrarás más de una respuesta que pensabas que no podrías encontrar. Nuestra mirada es lo más sincero que tenemos. No tenemos que demostrarle nada a nadie, sólo a nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario