28 agosto, 2012

8 ~ Yo.

Hoy es una de esas noches en las que aquella chica de ojos tristes da una vuelta por su mente. Camina a paso firme.
No sabe nada. Solo sabe que es hora de reaccionar. Hay mucho en juego. Muchas cosas que cambiar.
¡Reacciona, gilipollas! - Se dice a sí misma.
Lo primero es lo primero, lo demás puede esperar. ¿Acaso a mi me esperan? Los minutos pasan, los días se consumen, florecen otros nuevos. Nada se detiene para que yo pueda alcanzar el tiempo, se me escapa de los dedos.
Nada se construye solo, ¿quieres algo? Te lo haces. Trabajas por ello, te ganas el esfuerzo.
Así que escúchame bien, chica. Sécate esas lágrimas de los ojos. Esa mirada triste se acabó, y lucha por lo que quieres, no es tan difícil. Te sentirás mucho mejor cuando lo hayas conseguido. ¿No crees que es hora de acabar con esto? ¿Cuanto tiempo más crees que podrás aguantar así? ¿No ves que no estás siguiendo con tu camino? ¿Que te mantienes de pie, o sentada, en el mismo sitio desde hace un año? ¿No te das cuenta? No pienses que esto es para demostrarle algo a alguien, piensa que es hora de demostrarte a ti misma que eres capaz de dejar a todos con la boca abierta. ¿No crees que es hora de que sonrías por algo que has hecho bien? Nadie puede detenerte, eres tu sola la que se pone obstáculos en el camino, buscas excusas por miedo. Eres tan cobarde que me das asco.

Lo peor, es que solo hablo de mi misma. Es la hora. Y quedan días. Lucha. Y lee esto cuando lo hayas conseguido.

"Nada importa, salvo uno mismo."

No hay comentarios:

Publicar un comentario