12 diciembre, 2013

23 ~ I did it, once again.

Pasan los años. Pasan los daños.
No recuerdo bien cuando fue la primera vez. Si no recuerdo mal fue con catorce años. Fueron esos años en los que no sabía muy bien por donde tirar. No sabía de dónde provenía todo ese dolor que habitaba en mi, que brotó poco a poco de mis entrañas, y sin darme cuenta me estaba consumiendo.
Empecé a sentirme sola, y a no saber muy bien a donde quería ir. No tenía a nadie con quien hablar, porque estaba segura que nadie me comprendería, por lo que seguí acumulando todos esos sentimientos. Me empecé a aislar, y a apartarme de todos, por vergüenza. Hasta que un día no aguanté más, y fue cuando comenzó todo. Me di cuenta que no sentía como los demás, mis emociones eran demasiado fuertes. Me superaban, y empezaron a dificultarme el día a día. Empecé a no querer salir de mi casa, ni de mi cama. Me pasaba días simplemente tumbada escuchando música, día tras día. Necesitaba hacer algo que hiciese desaparecer, al menos durante un momento, el dolor que sentía tan dentro de mi. Pensaba que el dolor provocado sería más fuerte que el dolor que sentía ya de por sí, pero me equivocaba. Solamente me aliviaba por un instante el poder sentir otra clase de dolor que no fuese emocional.
Aún recuerdo las excusas que usaba cuando alguien me preguntaba, tales como "Se me cayó un vaso", "Me rasqué demasiado", y otras varias.
Incluso había un momento en mi vida en el que todo eso quedó olvidado. Conocí a una buena amiga. Luego a otra. Después de ésta saboreé por primera vez lo que era estar en un grupo de amigos. Todo estuvo bien durante un tiempo. Realmente disfruté. Luego empecé de nuevo a flaquear. Luego caí en las redes de la maldad, de donde conseguí salir después de un tiempo... Demasiado tiempo. Ese lo considero el peor momento de mi vida. Pero conseguí levantarme y volvió a mí otro momento donde volví a olvidar todo ese dolor. Aunque no tardó mucho en volver.

Ahora, seis años más tarde, aún sigo buscando la manera de aliviar el dolor y mi soledad interna. No sabéis lo que es sentir un eterno vacío desde que te despiertas hasta que te vas a dormir. Te pesa el cuerpo y no sabes la razón, te cuestionas mil cosas al día y a ninguna le encuentras respuesta. Aún sigo recurriendo a lo mismo cada vez que siento que mis emociones me superan. Pero poco a poco me doy cuenta que no sirve para nada, y cada vez tengo más miedo de que pueda llegar a algo más. No sacio el dolor, y con los años crece, y no lo sé parar.
No sé si quiero hablar, nunca lo he querido. Me avergüenza demasiado el hecho de estar en esta situación.
Soy consciente de lo que me hago, y también sé cual es la razón.
Tal vez todo comenzase por el hecho de que veía como todos mis "amigos de la infancia" encontraban su camino y yo no encajaba con nadie. Tal vez fuese el hecho de que he vivido toda mi infancia con unos padres que no paraban de discutir (pero no les culpo...). Tal vez fuese el hecho de cómo era la relación con mi madre hasta que cumplí dieciséis años y la manera en la que me trataba. Tal vez fuese el hecho de que en ese entonces no me sentía bien conmigo misma y los demás se aprovechaban de esa situación. Tal vez fuese el hecho de que siempre he dado todo (y más) por los demás y nunca recibía nada a cambio. Tal vez fuese el hecho de que me traicionaron demasiadas veces. Tal vez fuese el hecho de que dejé entrar en mi vida a la persona equivocada y logró empeorar mi situación. Tal vez sea la sensación de no ser capaz de hacer nada con mi vida. Hay demasiados "Tal vez", y no son ni la mitad los que he puesto como ejemplo.
Siempre intento parecer una persona fuerte, con los años incluso he creado una barrera de frialdad hacia todos. Desconfío demasiado, y siempre pienso lo peor. Tardo mucho tiempo en depositar un grano de confianza en una persona, y no tardo nada en echarle la cruz aunque sea por una minúscula decepción.

Y este mensaje va para mi, cuando vuelva a leer esto, tal vez en una semana, tal vez en un mes, quiero recordarme que prometí pedir ayuda, demasiadas veces, quizás algún día lo haga, pero por el momento esto es una simple confesión.
Por muy deprimente que esto pueda llegar a sonar, por si alguien lo lee, para mi no lo es. He puesto mucho esfuerzo de mi parte para escribir todo esto. Y lo más duro de todo ha sido escribir y darme cuenta de todos los puntos que han causado esta actitud a lo largo de la evolución de mi vida. Me siento orgullosa por haberlo plasmado, y me siento orgullosa de haberme levantado tantas veces, aunque no de la manera en la que lo he hecho.
Simplemente, desde entonces, y a lo largo de los años, me he sentido así. www.itswasjunes.blogspot.com.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario